La pelea entre Chris Rock y Will Smith sigue dejando secuelas. Una prueba de que el escándalo es lo único que “vende” en un mundo de redes y más redes.
Políticamente correcta hasta el hartazgo, la aburrida entrega de los últimos Oscar tenía un final anunciado: dejarme dormido antes de que entregaran el premio a la Mejor Película (este año, Coda).
Pero en ese tránsito anodino hacia el sueño, la pelea entre Chris Rock y Will Smith me sacó del letargo y, mucho más importante, logró que al día siguiente los millones que no habían visto la televisación (la mayoría, por cierto) hablaran de los Oscar.
Ya todos sabemos lo que pasó, pero el escándalo, lo único que “vende” en un mundo de redes y más redes, tuvo algunas novedades en los días posteriores.
Por ejemplo, mientras los asesores de Smith publicaban un comunicado de paz y amor con 36 horas de retraso, uno de los hijos de Will, Jaden, hacía de las suyas en Twitter (“Así es como lo hacemos nosotros”, justificó). Porque aquí no se trata solo de una bofetada, de mala educación (“¡cierra la puta boca!” es la frase por la cual Smith será recordado por siempre) sino de desobediencia (la Academia le pidió que abandonara el Dolby Theatre y no solo ni se movió de la primera fila, sino que, al recibir el premio por King William se disculpó con todo el mundo, menos con su odiado Chris).
Curiosas repercusiones
Para colmo, ahora se conocen videos tomados desde otro ángulo en los que Jada se ríe mientras su marido le pega a Chris (cinismo puro). También hay uno donde Will se sonríe al escuchar el chiste, antes de cachetear al odiado Chris (al parecer, ella fue la que exigió el castigo).
Digo odiado, porque todo empezó hace rato. Varios medios aseguran que la guerra entre Rock y Smith viene de hace un lustro y tiene que ver con “un lío de faldas”. Al parecer, Jada le habría sido infiel a su marido con el propio Chris. Lo cierto es que ella misma confesó que engañó a su marido con el rapero August Alsina.
Próximo capítulo: el descargo de Smith ante la Academia, que deberá analizar si le aplica alguna sanción. Por ejemplo, la devolución de la estatuilla (parece improbable) o la expulsión del organismo (parece probable).
En tanto, Rock volvió a los escenarios, con entradas agotadas y que, en la reventa, alcanzaron los U$S 800. No dijo mucho sobre el escándalo, porque “aún lo está procesando”, como si fuera un duelo.
Aclaración: el título hace alusión a una gran comedia del cine de antaño, La fiesta inolvidable (1968), protagonizada por Peter Sellers, un gran actor, de vida más problemática que la de Will, Chris, Jada y Jaden juntos. Sufrió 15 infartos, el último a los 54 años.