Aquí no hace falta inventar casi nada, pero tampoco hay que seguir The Crown como si fuese un libro de historia.
En noviembre pasado, poco después de que la serie favorita del palacio de Buckingham copara el streaming con su cuarta temporada, el secretario de Cultura del Reino Unido, Oliver Downden, sorprendió con estas declaraciones: «algunos americanos me dijeron que habían visto The Crown como si hubiesen tomado una lección de historia. Pues bien, no lo han hecho. Es muy duro, tiene muchas conjeturas y mucha invención, ¿no es así?».
Si hay gente que equipara una película o serie de ficción con un libro de historia, mi conclusión es brutal: estamos perdidos. Aunque se basen en hechos reales, salvo que sea un documental, los autores tienen derecho a tomarse licencias creativas, a acomodar las piezas según su criterio. Así es el juego.
Veamos tan solo un ejemplo. ¿Existió el emperador Cómodo, quien mató a su padre, Marco Aurelio, y luego fue vengado por el general Máximo Décimo Meridio, como asegura Gladiator (película de 2000)?
No. Marco Aurelio no solo compartió el trono con su hijo, Lucio Aurelio Cómodo, sino que lo nombró emperador. Eso sí, Lucio Cómodo fue un desastre, tal como afirma la película. De allí parte todo el guion de este clásico del cine que, por cierto, vi un centenar de veces.
Una historia (casi) perfecta
Pero volvamos a The Crown. La cuarta temporada es la más previsible y la que detonó la búsqueda de cientos de comprobaciones, por parte de los fans. ¿Será cierto que Diana bailaba en patines en Buckingham? ¿Y que bailó para el príncipe en un teatro? Siempre temas de fondo, obviamente.
El autor de la serie, Peter Morgan, en realidad, necesita poco y nada de la imaginación, a diferencia de los arriesgados guionistas de Gladiator. Basándose en las memorias de Diana, escritas por Andrew Morton, su punto de vista es el de la princesa: solo una víctima de la familia más poderosa del mundo. El resto viene solo.
La familia real británica, como bien lo saben los diarios sensacionalistas ingleses desde hace décadas, da para todo. ¿Para qué inventar? Solo basta con hacer unos pequeños toques para tener una historia casi perfecta.
Un principito sale con una estrella porno; el heredero tiene una amante con la que habla algunas obscenidades por teléfono; la esposa del heredero también lo engaña, sufre de bulimia, trata de suicidarse cinco veces, posa en topless y muere en un accidente luego de un sonado divorcio. ¿Algo más? Sí, su majestad come en tápers de plástico (lo aseguró su cocinero real) y parece inmortal.
The Crown: ¿un libro de historia?
Morgan acomoda algunos hechos, pero tiene todo servido. La propia Diana, en una entrevista transmitida por la BBC en 1995, había contado las infidelidades (de Carlos con Camilla Parker-Bowles y las suyas con el coronel Hewitt), que sufría de bulimia y que se llevaba a las patadas con su familia política.
Pero oculta los intentos de suicidio y apenas nombra que Diana tuvo varios amantes, además del admitido Hewitt. Astuto, asegura que Carlos le fue infiel a Diana ya desde el casamiento (1981), pero todo indica que su relación con Camilla recomenzó en 1986 (habrían sido novios cuando Carlos era “el soltero más codiciado” de Inglaterra).
Seguramente, en las temporadas cinco y seis (ya confirmadas por Netflix), nos contará más intimidades de Carlos, Diana y Camilla (es lo que más rinde). Por ejemplo, las charlas picantes entre el príncipe y Camilla, difundidas por la prensa británica hace dos décadas, o el famoso topless de Diana durante un viaje de juerga con amigas (las fotos las compró la revista ¡Hola!, que pagó un millón de dólares). Por supuesto, no deben faltar el resonante divorcio (1996) ni la muerte de Diana, en un accidente siempre lleno de sospechas (1997).
Como dije, aquí no hace falta inventar casi nada. Pero, coincido con el secretario de Cultura, tampoco hay que ver The Crown como un libro de historia.
Ficha técnica*
- Título original: The Crown (TV Series)
- Año: 2016
- Duración: 60 minutos
- País: Reino Unido
- Dirección: Peter Morgan (creador), Stephen Daldry, Philip Martin, Julian Jarrold y Benjamin Caron
- Guion: Peter Morgan, Tom Edge y James Graham
- Música: Rupert Gregson-Williams
- Fotografía: Adriano Goldman y Ole Bratt Birkeland
- Reparto: Claire Foy, Matt Smith, John Lithgow, Olivia Colman, Vanessa Kirby, Tobias Menzies, Ben Miles, Jared Harris, Gillian Anderson, Imelda Staunton, Jonathan Pryce, Lesley Manville, Josh O’Connor, Emma Corrin, Helena Bonham Carter, Victoria Hamilton, Jeremy Northam, Alex Jennings, Eileen Atkins, Charles Dance, Pip Torrens, Harriet Walter, Lia Williams, Greg Wise, Harry Hadden-Paton, Andy Sanderson, Michael Culkin, Nicholas Rowe, Simon Chandler, Stephen Dillane, Clive Francis, Patrick Ryecart, Paul Sheridan, David Shields, Kate Phillips, Derek Jacobi, Geraldine Chaplin, Matthew Goode, Daniel Ings, Beau Gadsdon, Elizabeth Debicki, Michael C. Hall, Jodi Balfour, Ben Daniels, David Rintoul, Jason Watkins y Marion Bailey
- Productora: Netflix, Left Bank Pictures, Sony Pictures Television International
- Género: Serie de TV. Drama | Histórico. Biográfico. Política
*Fuente: Filmaffinity