Nadal y Kyrgios se han visto las caras nueve veces. La décima definirá a uno de los finalistas del Grand Slam de hierba. ¿Por dónde debería inclinarse la balanza? Por aquellos que respetan al rival, a su propio entrenador, al público o al árbitro.
Llega la hora de las semifinales a Wimbledon, de dilucidar quién se llevará la gloria el próximo domingo de entre los cuatro jugadores que mejor forma han demostrado a lo largo del campeonato. De ver si los dos mejores del mundo, Djokovic y Nadal, imponen su lógica de juego y palmarés o si salta la sorpresa y un británico triunfa sobre su propia hierba como hicieran Murray en 2013 y 2016 y Fred Perry… en 1936. Sí, queda hablar del cuarto semifinalista. Pero en mi opinión es el que menos posibilidades tiene de ganar. Kyrgios ni siquiera ha ganado aún un Masters 1000. Y su currículum de extravagancias, excentricidades y malas pulgas no hacen de él un incomprendido ‘enfant terrible’. Le convierten en un mal ejemplo para el mundo del deporte y para tantos niños que entrenan cada día deseando ser tenistas profesionales como los que ven en la tele.
Novak Djokovic vs Cameron Norrie
Djokovic llega con hambre, arrastra la losa de no haber ganado el Open USA en 2021 para adelantarse a Nadal y a Federer en números de ‘majors’ y desde entonces el español ha cobrado ventaja. Además, mientras el panorama del coronavirus no se despeje del todo, el serbio seguirá teniendo problemas para jugar. Pero ahora mismo es firme candidato a alzar el trofeo como ya hizo en 6 ocasiones y quizás sea sólo eso, la ansiedad por la carrera de los Grand Slams, lo único que podría frenarle.
Al otro lado de la pista tendrá a Norrie, ese jugador con cara de no haber roto nunca un plato y que, a pesar de la presión que siempre tienen los anfitriones en cada torneo, se ha plantado por méritos propios en la penúltima ronda. Es el más joven de los cuatro semifinalistas y sólo se ha enfrentado a Djokovic en una ocasión (pista dura, victoria para el servicio). Su mejor arma, que no tiene nada que perder.
Nadal y Kyrgios en Wimbledon 2022
El otro gran duelo regalará una cita más para disfrutar de Nadal, el incombustible jugador que será recordado por sus incontables remontadas o sus constantes luchas contra el dolor. Aún en el aire su participación en la semifinal de mañana, lo que sí confirmó el número cuatro del mundo es que su tenis y su garra son puro espectáculo. Y que a cualquier buen aficionado se le acumulan ya en la memoria muchos de sus partidos vibrantes. Casi mágicos. Y eso va más allá de lesiones o de estadísticas.
Nadal y Kyrgios se han visto las caras nueve veces. El australiano le ganó en tres ocasiones. Y en Wimbledon se enfrentaron en 2014 (victoria para Kyrgios) y en 2019 (victoria para Nadal). Después de su solvente victoria frente a un dignísimo Garín y con los números en la mano, Kyrgios debería ofrecer un encuentro apretado. Pero la balanza debería decantarse por aquellos jugadores que respetan al rival, a su propio entrenador, al público o al árbitro. Al deporte, en una palabra. Y ahí, entonces, el español debería imponerse por goleada. Porque, sencillamente, me cuesta pensar que un niño sueñe con ser un tenista como Kyrgios.