A sus 35 años, el valenciano pasa por el mejor momento de su carrera. 70 del mundo y confirmado como uno de los tres representantes de España en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pese a que acaba de perder en primera ronda en Mallorca, este buen tipo sigue luchando y disfrutando
Pablo Andújar pasa por ser uno de esos tenistas muy afables del circuito. De los que todo el mundo habla bien. De los que nadie recuerda un episodio de los que uno siempre se arrepiente, aunque haya sido fruto de los nervios o de una dura derrota.
Fue el 32 del mundo. En 2015. Y el 1.824. En 2018. Las cosas de las lesiones. Las cosas del tenis. De la vida, que te lleva a callejones en los que aparentemente no hay salida. Pero la encontró.
Tras caer a ese pozo de 2018, Pablo tuvo un resurgir fulgurante. Ganando torneos. Sintiéndose bien. Dejando atrás las lesiones. Y volvía a disfrutar de un deporte que estuvo a punto de darle la espalda para siempre.
Luchando y disfrutando
En las últimas semanas Pablo ha tenido otros dos momentos álgidos. Tumbar a Federer y a Thiem en dos torneos diferentes y en la misma semana. Al suizo “en casa”, al austríaco en Roland Garros. Más allá de los nombres de sus víctimas, lo que Pablo consiguió fue ganar partidos trabajados, además de obtener puntos valiosísimos y el reconocimiento del público. Cuando quiso agradecer a la gente que estaba de su lado, Pablo se emocionó tras dejar estas frases:
Yo he perdido más que ganado en toda mi carrera pero intento tomarme las derrotas para aprender y no volver a cometer los mismos errores. Pero es así el tenis, una mezcla muy bonita y a la vez muy dura de trabajo, sacrificio… y volver a levantarse.
Pablo Andújar en entrevista a Eurosport.
Ahora llega la minitemporada de hierba, no muy propicia para buena parte de los tenistas españoles. Tampoco para Pablo que ya la sufrió cayendo el domingo en primera ronda del Mallorca Open. Pero es lo de menos. Este buen tipo sigue luchando y disfrutando, y ese premio al esfuerzo lo recibió tras la confirmación de que será uno de los tres representantes españoles en Tokio (junto a Pablo Carreño y Alejandro Davidovich).
Pablo siente el viento de cara. Y el cariño de todo el planeta tenístico. Y eso no hay ranking ni trofeo que lo supere.