Usar un cartucho alternativo o no original en impresoras es algo común, pero puede afectar el rendimiento de la impresora según Ofi-Logic.
Al usar una impresora, es muy común que se adquieran cartuchos alternativos o que no son originales. A primera vista, estos cartuchos tienen un aspecto muy similar a uno original, sin embargo pueden representar una amenaza para la impresora.
Menor precio, pero menor calidad
Una de las ventajas de estos cartuchos es el ahorro que tendrán los consumidores, ya que suelen ser más económicos, pero hay veces que lo barato, sale caro.
Mientras que a su vez, esto se verá reflejado en la calidad, ya que suele ser menor a la de uno original y se corre el riesgo de que la impresora deje de funcionar.
Por tanto, el uso baja calidad, a la larga puede representar gastos extras en mantenimiento y reparaciones que disminuyen la vida del los equipos.

Cartuchos que no son seguros
Existen muchos estudios, análisis y pruebas que evidencian que los cartuchos alternativos no logran cumplir con los estándares de seguridad que tiene la Unión Europea y esto ocurre especialmente con los cartuchos provenientes de China.
Según la ECHA, estos cartuchos no originales contienen un químico llamado decabromodifelino, que la Unión Europea ha prohibido por su alto porcentaje de contaminación.
Ofi-Logic
El copiar este tipo de cartuchos afecta el rendimiento de las impresoras y la calidad de impresión de las mismas. Según Ofi-Logic, este tipo de dispositivos alternativos no tienen la misma calidad que uno original. Por lo tanto, la impresión es de baja calidad y con una saturación irregular.
La impresora también puede fallar, sobre todo las que funcionan mediante la inyección de tinta. Podríamos encontrarnos con obstrucciones de cabezal, un mal sellado de cartucho o una mala distribución por el tambor.
Ofi-Logic.
Otro de los posibles fallos, es que al momento de meter el cartucho no original, esta lo detecte como no compatible. Lo que genera como resultado impresiones incorrectas y un consumo distinto.
Incluso, es posible que el gasto aumente en un 50% a consecuencia de fallos en el resultado de una impresión, sin contar los gastos de una reparación o mantenimiento al dispositivo.