Después de una dedicación intensa en los últimos 100 meses de mi vida llegó el momento de permitirme volar no sin antes agradecer a cada acompañante en este hermoso camino.
No es fácil comenzar estas líneas, pese a que es un adiós más que pensado. Cuando a mi socio y amigo del alma, Joshua Mattassi Milla, se le ocurrió la idea de emprender un proyecto periodístico con un foco gamer, me comprometí a acompañarlo hasta conseguir su adecuado funcionamiento. Apenas vi la tarea cumplida, entendí que mis días estaban contados.
La idea se conversó en 2017 –yo, comenzando un doctorado desde Barcelona y él, dejando un trabajo que le inspiró a volar con alas propias– e inmediatamente coincidimos en algo: por más que comenzáramos desde cero y sin recursos, el proyecto debía ser sostenible. Nada de meter mucho dinero los primeros meses y dejarlo caer si no llegaban los retornos rápidos.
Tampoco podíamos aspirar al romanticismo. Podíamos tener colaboradores solidarios, pero ellos solo nos ayudarían cuando tuviesen tiempo y ganas, porque a la primera de cambios buscarían un lugar donde generar ingresos. Debíamos ser honestos, pues en sus lugares habríamos hecho lo mismo.
Así entendimos de inmediato que Player 8 nos exigiría una inversión permanente desde nuestros por más modesta que fuese. Era la única manera de mantenernos en el tiempo con total independencia.
Siempre volar
Joshua me volvió a llamar un año después, y durante las primeros meses de 2018 me enseñó una web con contenidos publicados y unas redes sociales recién creadas. Acepté ingresar y fue un verdadero desafío en todos los sentidos, con un ataque de estrés de por medio. Sin embargo, era un espacio para crear, de volver al periodismo deportivo con el que me crié, y de entender mucho mejor el objeto de estudio de mis investigaciones académicas.
En estos más de cuatro años, en los que cada momento de mi vida se asoció a Player 8. No hay amigo, familiar, alumno, académico, investigador, cliente y/o persona que conozca con algún grado de confianza o cercanía que no sepa de mi participación en este medio. Más de alguno, también, debe saber lo insistente que he sido en este tiempo para que publique algo con nosotros. Me disculpo de antemano.
A lo largo de este viaje muchos me aconsejaron dejarlo antes, porque la inversión de tiempo no era proporcional con los retornos económicos… pero esto nunca se trató de dinero (lo saben aquellos que nos ofrecían dinero a cambio de publicidad encubierta o de actividades no reguladas legalmente en nuestros países a quienes sistemáticamente les hemos cerrado las puertas).
Otros se ofrecieron para ayudarnos y no pudimos decirles que sí. Pudo ser por falta de tiempo o de los recursos suficientes para dar un salario acorde a las actividades que nos ofrecían. Nuestro principio fue siempre el molestar lo menos posible, ser un medio escuela para ayudar, formar, enseñar y permitir volar… siempre permitir volar. Y hoy es mi momento de extender las alas.

Una despedida y una refundación
Hace unos días, para el cuarto aniversario, revisé algunos números comprobando que el tráfico más alto de nuestra historia se dio durante el Mundial de Qatar 2022 y que estas páginas cuentan con cerca de una cincuentena de firmas provenientes en su mayoría de Chile, España, México y Argentina.
Datos que avalan la decisión comentada al principio, pues la tarea se cumplió y es el momento de una nueva etapa. Este camino seguirá bajo la mano de Joshua Mattassi, quien retoma la dirección del medio a partir del 1 de enero de 2023, comenzando una refundación en la que posiblemente se reduzca la frecuencia de publicaciones. No puedo olvidar que cuando le manifesté mi colaboración temporal, en aquellas conversaciones fundacionales, él replicó que se veía en Player 8 el resto de su vida. Por algo el nombre del medio corresponde a su nick gamer.
De esta manera, mi sueño llegó a su fin y es momento de aprender otros caminos. No puedo irme sin dar eternas gracias, aunque si me pongo a nombrar personas, la lista sería demasiado larga y, de seguro, me dejaría gente afuera: gracias a los lectores, gracias a los seguidores, gracias a los colaboradores, gracias a los amigos, y gracias a quienes confiaron en que esto este viaje era posible.
Así, mi último párrafo en este medio solo tiene como fin confesar que Player 8 ha sido mi vida en estos últimos 100 meses, por lo cual llegó el momento de decir ¡hasta siempre!