Según la última edición de la Encuesta de Acceso y Usos de Internet de la Subtel, un 65,3% de los chilenos declaran conocer qué es Netflix y un 24% paga por sus servicios. Si cruzamos los datos con otro estudio similar, Chile 3D de GfK Adimark, podemos concluir que, a lo menos, una de cada tres personas en el país se ha creado una cuenta en la plataforma de streaming.
Si queremos entender su trascendencia, y el porqué del Gobierno de incluir un impuesto a su uso en su proyecto de ley de Modernización Tributaria, hay que mirar sus cifras. En octubre, Netflix anunció sus resultados del tercer trimestre de 2019: ingresos por 5.245 millones de dólares y 158 millones de suscriptores en todo el mundo.
Fundada en 1997, la principal videoteca digital de pago del mundo comenzó con fines muy distintos a los actuales: su negocio consistía en la venta de películas en DVD por correo postal. Una década más tarde, cuando el aumento de velocidades y de número de conexiones a internet se hizo constante, golpearon la puerta del gigante del vídeo del momento, Blockbuster, para crear en conjunto la primera plataforma digital de reproducción legal de películas; la marca azul se lo tomó a broma y cuando quiso reaccionar la quiebra era inminente.
El valor de Netflix fue construir una videoteca en línea con series y películas que originalmente tenían derechos de emisión bajos, pues la mayoría de las productoras venían de continuas peleas para bajar los contenidos no legales subidos por los usuarios a YouTube. Así, cuando ya contó con una comunidad de suscriptores potente en todo el mundo, pudo enfocarse en la producción de contenido propio.
A esa mezcla de “clásicos” del cine y la TV con estrenos exclusivos hechos en casa se incluyó un tercer factor: dar una segunda vida a series originalmente pensadas para televisión. Aquí tenemos el caso de “La casa de papel”, cuyas dos primeras temporadas fueron emitidas originalmente por la cadena española Antena 3 con aceptables (pero no sobresalientes) resultados de sintonía, pero fue cambiarse de la televisión convencional a los entornos digitales para convertirse en un fenómeno mundial con 44 millones de espectadores en el último año, según cifras de The New York Times.

Contenidos con mayor número de reproducciones en Netflix desde octubre de 2018 a septiembre de 2019. Fuente: The New York Times.
Supervivencia en streaming
Ahora este éxito de los contenidos en formatos digitales ha llevado a que la aparición masiva de plataformas de streaming esté al caer. En Chile ya contamos con algunas, como las que ofrecen las televisiones de pago a sus abonados u otras que permiten ver en directo el fútbol nacional; pero, adicionalmente, Netflix competirá en precio, amplitud de catálogo, contenidos exclusivos y derechos de emisión a nivel mundial con Disney+, Apple TV+, HBO Max y el ya presente Amazon Prime Video.
Disney+ comenzará en noviembre y llegaría a Latinoamérica el próximo año con un precio de lanzamiento reducido, se espera, además, que alcance entre 60 y 90 millones de suscriptores en 2020; Apple TV+ tendrá su lanzamiento mundial el 1 de noviembre e incluiría un periodo de prueba de 7 días; HBO Max llegaría en 2020 con más de 10 mil horas de contenido exclusivo y prueba de ello es que poco a poco está moviendo su contenido televisivo hacia el streaming; y finalmente Amazon está produciendo la que será la serie más cara de la historia (con más de US$1.000 millones): la adaptación de El Señor de Los Anillos.
¿Cómo responde Netflix ante esto? Sacando la chequera: una inversión en 15 mil millones de dólares en contenido original para el cierre de año. “Mientras que los nuevos competidores ofrecen grandes títulos… ninguno tiene la variedad, diversidad y calidad de la nueva programación original que estamos produciendo alrededor del mundo», replican en su último informe financiero.
Una danza de cifras que llevará a una dura competencia durante los próximos meses, aunque no se puede olvidar que diversos estudios demuestran que pese a que crece el interés de los usuarios de pagar por una suscripción digital, la mayoría solo quiere hacerlo solo una de ellas. Esta guerra será por la supervivencia.