En menos de 24 meses, el Athletic Aguilar revolucionó al pueblo de Aguilar de Segarra y toda la Comarca del Bagés (Catalunya, España). Comenzó como una anécdota en una noche de fiesta entre primos y amigos hasta transformarse en un equipo bicampeón en fútbol sala con afición, bufandas, autobús para viajes e incluso una filial infantil.
La ilusión de brillar en el fútbol sin ser profesionales la vemos a más a menudo de lo que creemos. Torneos universitarios, ligas interempresas o simplemente los partidos entre amigos, donde en más de alguna ocasión alguien se pasa de revoluciones y comienzan los problemas. La adrenalina en alto y la sangre caliente demuestra con cuánta pasión se asume el desafío de entrar a un campo, independiente de si sea en el mismísimo Camp Nou o un simple polideportivo de pueblo.
Cuando fui Editor de Deportes de Diario El Rancagüino, conocí distintas historias de campeones o de equipos que “le ganaron a la vida” con un balón. Desde el director técnico de un club que fundó una empresa exclusivamente para emplear a exfutbolistas profesionales y así crear un equipo que fue la máxima revelación del Fútbol Amateur Chileno, hasta un exjugador de O’Higgins que vendió autos, casas y todo lo que tenía para ayudar a jóvenes en riesgo social a salir de esa compleja realidad a través del fútbol.
La banda Los Miserables en “El Crack” habla de cómo un menor que vive en un barrio marginal cambia en su mente las calles por estadios, las balas por papel picado, las sirenas policiales por cánticos de la afición y un gol para ahorrar el llanto. En resumen, por norma general en Sudamérica el balompié es visto como una forma de escapar de distintas realidades, eso explica “la pasión”, “el poner huevos”, “el mojar la camiseta” y todas esas frases que normalmente son las justificaciones banales del triunfo o de la derrota de cada domingo.
Sin embargo, a veces olvidamos que la pasión por los colores no es un sentimiento que esté empadronado en este rincón del mundo, tal como no es necesario haber sido pobre para soñar con ser una gran estrella del fútbol. El sentimiento de gloria, de fama y de reconocimiento no necesariamente tiene que ver con una disciplina deportiva siquiera, por más que los “cabeza de pelota” se lo atribuyamos más a los 90 minutos del que consideramos como el deporte más hermoso del mundo.
Un pueblo unido

¿Cómo llegué a Aguilar de Segarra, un pueblo ubicado en Catalunya (España) que está a más de 12 mil kilómetros de distancia y donde casi ni hablamos el mismo idioma? Más allá de una anécdota de un conocido que me invitó a ver cómo jugaba su hijo, poco a poco me fui adentrando hasta conocer detalladamente a un equipo de fútbol sala que comenzó en 2016 como una mera “noche de bar” entre amigos y se convirtió en campeón dos temporadas seguidas, para llegar desde la 2ª División Territorial hasta la Primera Nacional que jugará durante el 2018-2019.
“Nunca antes había jugado en un equipo de fútbol, y una de las razones es que siempre había hecho mucha vida en mi pueblo. En cuanto surgió la idea de crear un equipo desde cero que llevara su nombre me pareció una idea fantástica”, recuerda Aleix Torra, sempiterno capitán del Athletic Aguilar.
El Capi siempre ha dicho que portar el brazalete es producto de una curiosidad, por lo que nunca se ha sentido como un líder ni como un peso pesado en el vestuario. “Es un gran orgullo, pero no le doy mayor importancia. Todo el mundo aporta cosas al equipo, cada uno tiene su rol y pienso que lo que nos ha llevado a estar donde estamos no es el capitán, sino el grupo entero”.
Entonces, ¿quiénes son parte de ese grupo entero? Antes de hablar de ellos hay que hacer dos alcances. El primero se vincula con Aguilar de Segarra: según el Censo 2016 realizado por el INE español, su población es de… ¡¡253 habitantes!! Por ello es importante entender la complejidad de formar un equipo ante la escasez de juventud, recurriendo a amigos y conocidos.
El segundo, en tanto, es comprender que la disciplina es fútbol sala (conocida como futsal en Argentina y Chile), que no es lo mismo que el babyfútbol. Si aún hay dudas sobre este último punto es recomendable leer un artículo de la señora FIFA para comprender sus diferencias con el fútbol.
Hechas las aclaraciones ya es posible mencionar a los porteros Erik Vila, un loco valiente, y David Teston, un cachondo experimentado; a los defensas Marc Tora, una bestia en el fondo, Marcos Domps, “el fichaje de la temporada” que desacelera la presión rival, y Albert Agúndez, “el buen amigo” que controla el juego en las segundas partes; a los centrocampistas Gilles Ribalta, el “originario de Ruanda” que da orden en el medio, Sergi Claret, un volante mixto con gol, Oriol Bassa, un verdadero correcaminos, y El Capi Aleix Torra; y finalmente a los atacantes Jaume Ibrahimi, un “9 de área” letal, y Marc Bacardit, un puto amo del área rival.
Confeso admirador de Arturo Vidal, El Bacar llegó al equipo con experiencia en el fútbol amateur y es el clásico atacante pícaro: sabe cómo calentar los partidos, “le come la oreja a defensas y portero rival”, y en el juego demuestra gestos técnicos comparables con delanteros como Luis Suárez o propios de equipos ganadores de Copa Libertadores. Más de alguna vez en el vestuario se oyen voces de que “hay que cuidarlo”, aunque él se sabe un cachondo (bromista) muy apasionado por el balompié.
“He notado el cambio al fútbol sala, pero me he adaptado rápido. Al final la grandeza de este equipo está tanto en el físico como en que somos un pueblo unido”, confiesa un Marc cada día más aguilarense. Y tiene razón porque para analizar las claves éxito del Athletic Aguilar es necesario estudiar el ambiente que construye en cada partido.
Un “algo”
Nil Buxó es el entrenador del Athletic Aguilar. Llegó a principios de temporada, cuando eran un recién ascendido a la 1ª Territorial que solo pensaba en mantener la categoría. “Me sorprendió que me llamaran, porque solo había dirigido a equipos de verano y no durante una liga completa. La idea siempre fue asegurar la permanencia, pero empezaron a aparecer los resultados y comenzamos a aspirar más alto”, asegura sin dejar de recalcar que han derrotado a equipos en el papel superiores por tener ‘un algo’.
“Todos los que estamos aquí sabemos lo que es, pero los de afuera aún no lo entienden”. Esa pareciera ser la gran explicación del éxito de un equipo que, si bien no tiene ni los recursos ni el número de habitantes de muchos de sus rivales, ha sido capaz de darle vida a una de los municipios más pequeños de la comarca del Bages.
Ese ‘algo’ puede resumirse en una unión de equipo valiosísima. En el grupo todos son amigos, de esos que salen de fiesta cada fin de semana, que –por haber hecho vida de pueblo– la mayoría de ellos se conocen desde pequeños, que el triángulo jugadores–directivos–afición cuenta con hermanos, primos, padres, hijos, novios y compañeros de toda la vida.
Cada partido fuera de casa se realiza en autocar. Tal como los grandes equipos, cuentan con diversos rituales que incluyen una playlist bastante notoria. La cumbia colombiana Martha la reina, el opening de Oliver y Benji (llamada Los Supercampeones en Latinoamérica) y Debería Odiarte de la banda chilena Noche de Brujas son algunas de las canciones más sonadas; sin embargo, Mai caminarás sol es el himno por referencia.
El grupo Vakombà interpreta la versión en catalán del tradicional You’ll never walk alone, que la afición del Liverpool FC corea con pasión durante cada partido. Durante el viaje es posible oírlos a todos: desde el conductor hasta el último de los invitados cantar agitando las bufandas del equipo.
Segueix, segueix
Caminant amb el cor.
I no et sentiràs mai sol.
I mai caminaràs sol.
El coro de la canción, que hace referencia a caminar con el corazón para no sentirse solo, recibe un pequeño cambio, mencionando al Aguilar y así se transforma en un verdadero himno a los colores aurinegros de la camiseta titular y rojiblancos, para la alternativa.
Ja ho veuràs, aquí ens tens.
No estàs sol, tu pots guanyar
El que no havies mai imaginat.
Aquí nos tienes, no estás solo y puedes ganar lo que nunca habías imaginado. Esto se resume en el grito de guerra que se escucha al final de cada partido, y de cada victoria: “afición, sin ustedes no somos nada”…

Cambio de ciclo
Mayo de 2017. El Athletic Aguilar iguala en Alfarrás y obtiene su primer título de liga. “Aguilar es de Primera” se escucha en los festejos en el campo, en el autocar de regreso a casa y en el Centro Social del pueblo, donde una cena entre jugadores, familiares y amigos es el corolario de una primera temporada donde nadie pensó que conseguirían “lo que nunca habían imaginado”.
“Me emocionan más que ver ganar al Barça”, dice el padre de uno de los jugadores durante la sobremesa. Un sentimiento que no es menor, puesto que en Catalunya el FC Barcelona es su verdadera selección, por lo que no es extraño oír a más de algún futbolero dice que las selecciones son un mero invento comercial de la FIFA.
Abril de 2018. El Athletic Aguilar gana en Juncosa y obtiene su segundo título de liga, además del segundo ascenso consecutivo. En los festejos se oye una nueva canción que proviene de los fanáticos del Liverpool, el tradicional “Allez! Allez! Allez!”. Marcelo Bielsa dice que “el triunfo es una excepción y no un continuo”, aunque aquí ganar se transformó en una costumbre.
Hoy, el Athletic Aguilar de Segarra cuenta con dos equipos, que incluyen a una filial infantil que también ha cosechado interesantes resultados. El fútbol sala ha contagiado al pueblo, y ha cambiado su habitual tranquilidad de fin de semana. Quizás su futuro, en Primera Territorial, obligue a un “cambio de ciclo” porque de algunos sus jugadores podrían dejarlo, aunque otros siguen soñando con dar más pasos hacia adelante y superando nuevos retos porque saben muy bien que son pocos, pero “nunca caminarán solos”.
Galería de Fotos
Jaume Ibrahimi, un hombre de gol. El Athletic Aguilar sale al campo. El saludo inicial en Juncosa. El banquillo alentando a sus compañeros en el entretiempo. Los contrastes de un gol: alegría para quienes marcaron, decepción para quienes encajaron. Las celebraciones del segundo título del Athletic. El portero David Testón celebró con sus compañeros lanzándose a la piscina. Marc Torra se aseguró de que no solo el balón cruzara la línea para anotar. Dicen que Oriol Bassa es fiero en la marca, esta foto lo comprueba. El partido en Juncosa fue duro y trabado, pero ello no impidió la victoria.