Aunque los New York Knicks no han ido a playoffs en los últimos 7 años consecutivos, un reciente informe de Forbes posiciona al equipo como la franquicia más valiosa de la NBA, superando a las más exitosas de la asociación como Los Ángeles Lakers o los Boston Celtics.
A Forbes parece no importarle el presente deportivo del equipo, ya que incluso supera a los Golden State Warriors cuyos éxitos recientes los ha convertido en uno de los equipos más atractivos de ver, si es que eres fanático de los “hoops” (O más bien de los triples a distancias demenciales).
El motivo es, sin lugar a dudas, el “box office” de la ciudad ya que los Knicks ni siquiera se encuentran entre los 5 equipos más ganadores de la NBA, por lo que, aun siendo uno de los equipos más reconocidos, existe una percepción de grandeza que trasciende enormemente el palmarés.
Nueva York como epicentro del entretenimiento norteamericano levanta a los Knicks por encima de sus logros y aunque no se puede negar que en el paso de los años han tenido equipos y momentos memorables, es un caso curioso que siendo “el centro del universo conocido” -como diría un orgulloso neoyorkino- los jugadores más prometedores y también aquellos que han probado su valor y desean cimentar su legado, no perciben al equipo de la ciudad más conocida del planeta como el lugar para hacerlo.
Al momento de asignar culpas existe el consenso de que James Dolan, quien se hizo como el único dueño de los Knicks desde el 2000, pero que ha sido parte de la organización desde 1995, es el peor dueño en la historia del deporte norteamericano y sólo por mencionar algunos de los hechos que respaldan esa afirmación está: hizo que arrestaran a la leyenda de los Knicks Charles Oakley en medio de un partido, ha banneado fans, ha fracasado en atraer estrellas y es el hazmerreír de los shows de medio tiempo cuando, en uno de los partidos, el premio por encestar un tiro de media cancha fue $1.000 dólares… en boletos de lotería.
Steve Stoute al rescate
En los últimos días hemos conocido el nombre de la persona que buscará reposicionar a los Knicks como un destino atractivo para los mejores jugadores de la NBA, se trata de Steve Stoute, CEO y fundador de Translation y UnitedMasters.
Su trabajo en publicidad lo tiene principalmente ligado a la industria de la música colaborando con artistas de la talla de Jay-Z y Nas, pero no es un extraño al momento de relacionarse con el deporte, ya que es uno de los responsables de los graciosos comerciales de State Farm que Chris Paul, actual base de los OKC Thunder, protagoniza.
En una reciente entrevista del programa First Take de ESPN, Stoute reveló cuál será su influencia en el equipo destacando “una actitud ganadora” en todo nivel de la organización, pasando por jugadores, entrenadores y entretenimiento de medio tiempo. “La manera en que te sientes al llegar y el sentimiento que te llevas al salir”, resumió.
Según la entrevista de ESPN, Stoute reveló que lo primero en carpeta es poner un nuevo presidente que busque implementar una nueva cultura para el staff técnico, una que ayude a desarrollar el talento que tienen. Porque potencial en “la gran manzana” existe de la mano de Kevin Knox, R.J. Barret y Mitchell Robinson, el temor es que, en el proceso de liberar espacio para firmar agentes libres, estos jóvenes talentos vean su desarrollo truncado o bien, ser convertidos en moneda de cambio en un traspaso.
Por otro lado, y quizás lo más fundamental, Stoute resalta en la importancia de cambiar desde adentro la percepción de los Knicks como una franquicia perdedora.
¿Tendrá éxito? Sólo el tiempo lo dirá. Aunque esta no es la primera vez que los Knicks entran en una etapa de reinvención, no existen motivos para no creer que ésta vez el éxito deportivo sí puede estar en el horizonte. Si James Dolan lo permite.