El Australian Open 2022 deja atrás las polémicas de Nole y, así, grandes emociones están por llegar paraalojarse en las retinas de quienes madrugan o trasnochan para ver el mejor tenis del planeta.
Pasan los días. Vamos dejando atrás los últimos detalles del caso Djokovic que ha asolado al planeta tenístico (y parte del político). Y en las televisiones aparecen cada vez más jugadas y no tanto la cara del tenista serbio. Ojalá, deben pensar todos los jugadores que siguen vivos en el torneo, haya días en que no les pregunten por el asunto. Ojalá una rueda de prensa se llene de cuestiones que intenten analizar esos momentos de puro funambulismo en los que se deciden el destino de tantas batallas.
Pero va a costar. Los mismos jugadores lo dicen. Que todo lo ocurrido se tendría que haber evitado para no arrinconar a la raqueta y dedicarle horas a las libertades, las absurdas grandilocuencias, las decisiones contradictorias y, sobre todo, a las tretas de Djokovic “y sus ardides para intentar burlar las reglas”, como explicaba el acertadísimo Javier Martínez, un jugador que en más de una ocasión ha dejado pasar oportunidades para que sólo se hable de su talento. En Australia se le han escapado buenas dosis de su carisma y ha quedado demostrado que no siempre toma las mejores decisiones. Tal vez se le encumbre como el tenista con más Grands Slams de la historia. Pero su nombre siempre irá teñido de una capa gris. De dudas. Cuando pase un tiempo, no serán pocos los que sonreirán al recordar otros nombres. Y no el de Djokovic.
El torneo, como decimos, afortunadamente avanza y los máximos favoritos a alzar al trofeo el próximo 30 de enero han arrancado con paso firme. Apuesto a que en un lado de la pista de esa final estará Medvedev, Zverev, Tsitsipas, Rublev o Nadal. La primera competición es dura física y psicológicamente por la falta de kilómetros en los pies, pero el talento y el tesón de estos cinco tenistas está a día de hoy muy por encima de los demás.
Tal vez incluso la gran final la disputen dos de ellos, como ha venido ocurriendo en buena parte de las últimas grandes competiciones. Aunque hay que recordar que Australia siempre es tierra fértil para las sorpresas y tal vez algún jugador tapado ahora en la lista de máximos favoritos logre hacerse con un hueco en semifinales o incluso en la última ronda. Así que apunten a Sinner. Shapovalov. Korda. O Alcaraz, embutido en ese enorme físico con el que ha debutado en la temporada.
Así que saquen las palomitas que las grandes emociones están por llegar. Los puntos inolvidables comenzarán a alojarse en las retinas de los mejores aficionados que madrugan o trasnochan para ver el mejor tenis del planeta. Y, por un momento, seguro que nos olvidamos de todo lo demás. De lo que no cabe en una cancha. De lo que no huele a tenis.